martes, 8 de febrero de 2011

"Todo este dinero será tuyo, querido Floren. Todo será tuyo cuando yo muera. Como ves no quiero tener secretos contigo, y menos ahora que no estoy muy sobrado de salud. Así que si algo ocurriera ya sabes dónde está el dinero.¡Es usted muy bueno, Ocasiono! -tartamudeó el zagal-. Es mucho dinero el que me confía y, a veces, es mejor ignorar para no tener malos pensamientos.Ordeñaron las ovejas y después de una buena cena con pescado frito y unos pastelitos, que Ocasiono había traído, finalizaron la jornada. Después, tras el obligado y breve diálogo bajo la luz del candil, se acostaron. Florentino a penas pudo conciliar el sueño. En su mente se dieron cita todos los males que su cuerpo albergaba, y pronto surgió el deseo de matar para adueñarse del dinero de su bienhechor Ocasiono. No tuvo problemas para cometer el crimen. Un certero hachazo fue el final de una vida humana. El improvisado verdugo tuvo que dar un nuevo golpe de hacha para decapitar a Batió, cuyos lastimeros aullidos podían levantar sospechas anticipadas"


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